Un paseo por las Hurdes

Trabajos y labores de toda una vida forjan ancianos derrotando a mozos de otros tiempos, sentándoles a esperar en calma el ocaso de los días. Las miradas que contemplaron reyes cabalgando por sus tierras, disfrazando su vergüenza de esperanza, vierten hoy lágrimas sordas regando labradas mejillas que ven pasar inviernos por sus pueblos rotos, varados en el silencio, inaccesibles, olvidados, ignorados. En medio de verdes paraísos, lejos de la mano del porvenir, un sentimiento vence con orgullo la desidia de los dioses y oculta rencores de deudas pasadas que jamás se saldaron. Por sus caminos danza triste hasta la muerte al ver la valentía de estos hombres y mujeres que amaron sin razón a una tierra hostil, la misma tierra que ahora les llama, su tierra, su vida, su alma…